Recientemente hemos recibido la grata noticia de que un integrante de la Fundación CIEPE, el académico Guido Asencio Gallardo, fue declarado Hijo Ilustre de la Municipalidad de La Unión en su Bicentenario año 2021, antes el año pasado había sido declarado Ciudadano Destacado de la misma ciudad.
1.-¿Cómo toma esos premios, tienen un valor especial, por ser de la ciudad que lo ha visto desarrollarse?
La verdad es que los dos reconocimientos recibidos en La Unión, han sido dos grandes sorpresas, debido a que considero que ese tipo de premios los debieran de recibir personas con más trayectoria.
Esto es especial viniendo de una ciudad que tanto aprecio, básicamente porque me crie en La Unión, y mis mejores años los pasé ahí, conociendo mis amistades y siempre participando activamente como dirigente estudiantil en el Liceo y luego me tocó irme a estudiar a la Universidad de Los Lagos, para hacer mi carrera como Contador Público y Auditor, y luego ser docente de varias Universidades más. Creo que haber pasado por haber obtenido varias becas me permitió abrirme camino en desarrollar una línea de investigación que siempre ha buscado valorar las ciudades más pequeñas desde una mirada hacia el desarrollo económico local y la responsabilidad social corporativa.
2.-¿Cuáles fueron sus primeras publicaciones?
Analizando un poco mi trabajo, creo que lo que marcó mi interés por generar conocimiento a través de algunos escritos ha sido desde la primera beca que tuve para irme a estudiar a Alemania en el año 2004, porque cuando volví fui nombrado Consejero Regional de la Ex Décima Región de Los Lagos, donde despertó mi lado social, formando varias organizaciones sociales dentro de las más importante fue el Voluntariado Universitario en la Universidad de Los Lagos y la Agrupación Arte Crea de La Unión desarrollando proyectos sociales para toda la esa Región. Luego como no podía estar en tantos lugares, comencé a escribir columnas de opinión, ensayos, capítulos de libros y libros completos, para dar a conocer las líneas de estudio que antes mencioné.
Mi primera publicación de capítulo de libro fue una de las más importantes porque ha trascendido fue de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAM), donde me pidieron escribir el capítulo chileno de la Responsabilidad Social Universitaria, este libro se publicó para todo Latinoamérica y tuvo éxito. Desde ahí comencé a escribir otros libros y ensayos. En esto los reconocimientos siempre son importantes para validar un poco de lo que ha realizado. En el año 2010 me sorprendieron con reconocer mi trabajo social a nivel Latinoamericano eligiéndome uno de los 100 líderes sociales jóvenes, esto fue entregado por el British Council y Casa de la Paz, y así otros que también sorprendieron porque son en distintos campos de acción, como en lo académico por algunas universidades latinoamericanas. Principalmente mis publicaciones las he realizado en México, donde el año pasado (2020) con el Grupo Milenio de ese país destacara mis escritos.
3.-¿Recomienda a los jóvenes realizar estudios sobre sus comunidades para construir identidad?
Claro creo que para que los jóvenes formen identidad con sus territorios, es fundamental que se interesen por levantar información de los lugares donde viven o han vivido, porque desde mi punto de vista esto constituye un imperativo ético que se transforma en una forma de agradecer a su entorno y reconocer que los espacios territoriales no son lugares abstractos, sino que son parte de la interacciones que se producen en él, donde existen personas e instituciones que validan su actuar en cada acción que están dispuestas a realizar.
Tomando las palabras de Enrique Dussel, filósofo que se dedica a pensar los procesos de descolonización en Latinoamérica, plantea que el sentido de la estética tiene que ver con las formas de la naturaleza, las interacciones que conforman la sociedad para resguardarla en todo su esplendor, lo cual tiene sus efectos en la ética de la subsistencia, es decir resguardar y relevar lo que es para nosotros el territorio, lo cual servirá para que las futuras generaciones coexistan en un ambiente sano, por lo tanto, esto tiene sentido si queremos rescatar nuestra historia, nuestras costumbres, en definitiva nuestra cultura que trasciende principalmente en lo inmaterial.
4.- Ud. hace la distinción entre globalización y mundialización, podría decirnos la diferencia.
Respecto a la frase “mundo globalizado” generalmente se asocia a los intercambios comerciales, sin embargo, cuando se abre el espectro al término “mundialización” resulta mucho más integrador, porque incorpora elementos como el intercambio de culturas, las migraciones, entre otros que son ineludibles a la hora de valorar las vinculaciones entre personas, organizaciones de la sociedad civil, corporaciones, países, etc.
La valorización de lo externo, es legítimo para abrirse a nuevos conocimientos, nuevas tecnologías, nuevas formas de intercambio, pero en este sentido no se debe subvalorar lo local, por eso existe un término que, más o menos, trata de interpretar esta mirada, me refiero a hablar del concepto de lo “Glocal”, es decir apreciar lo que viene de afuera, pero sin dejar de lado nuestras características endógenas en los lugares.
5.-Sus libros e investigaciones son en muchas áreas diversas ¿por qué esa búsqueda tan amplia, hay algo que en particular le interese más, no es complejo tantas líneas distintas en una época que busca la especialización?
Creo que vivimos en un mundo de la hiperespecialización que puede ser positivo y valorable en aspectos disciplinares, pero muchas veces el pensamiento desde esa perspectiva termina cegando la posibilidad de ver más allá de lo que aprendemos en un momento determinado, lo que en términos platónicos podría ser solamente quedarse con las sombras como en “el mito de la caverna”.
En este sentido, uno de mis autores favoritos es el fenomenólogo Edgar Morin, quien realiza una crítica férrea al método científico o cartesiano de investigación, argumentando que en la ciencia vista de esa manera existe un compartimiento del saber, por lo tanto, muchas veces estamos viendo “una parte del todo”, y con eso nos quedamos. La alternativa que presenta es trabajar en una dimensión donde se releve el trabajo desde tres aspectos, interdisciplinario, multidisciplinario y transdisciplinario, reconociendo que para resolver un problema o fenómeno hay que adentrarse a conocer o transitar por otras disciplinas, y es lo que intento hacer con el tema del desarrollo analizándolo desde diferentes perspectivas, este método también es conocido como la teoría de la complejidad.
Mis libros hablan de distintas disciplinas, efectivamente pero siguen un hilo conductor que se relaciona con la importancia del desarrollo económico local, por ejemplo cuando paso a la historia local, cultura y patrimonio, lo que estoy relevando es la identidad de un territorio en particular, por lo tanto, para quienes leen esos textos, les hará sentido que la cultura de su pueblo es importante e indirectamente tributa a la línea del desarrollo local, porque inconscientemente o en una doble derivada (como dirían los matemáticos), es un “llamado a quedarse en el lugar”, para aportar desde cualquier ámbito. Eso es lo que intento hacer en estos últimos años, lo cual resulta complejo pero es interesante el resultado, porque con el respeto que se merecen las disciplinas trato de pasarme a otras sin salirme de mi centro.